Sigue con tu paso dulce horquillero
y honra con tu caminar lento
a la madre, que se quiere lucir con esmero.
Mira a la virgen con sus ojos llorosos,
que pide que la mezas poco a poco,
para llevarla, en volandas al cielo.
¡Capataz! Toca la campana,
y mira como tus hermanos,
al tercer son
levantan a su madre al cielo.
¡Vamos horquillero !
levanta tu hombro
y álzala hasta su reino.
Misericordiosa y gloriosa
va la reina con su manto
en volandas, con sus hijos
levantándola sin ser un estorbo,
para su hombro enrojecido,
y su corazón malherido
por ver las lágrima de la Piedad.
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